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Quería dibujar algo sobre los sueños. Tenía en mente el grabado de Goya "El sueño de la razón produce monstruos" y no fue fácil alejarme del significado de tan poderosa imagen. El objetivo era enfocar el tema desde otra perspectiva. Tras representar a mi personaje practicando un rito tan ancestral sobre su almohada, ausente, alojado en algún rincón de su propio ser,  unos intrusos se colaron en el dibujo y, a la vez que abrían la boca, enseñaban sus fauces a modo de amenaza. Automáticamente, el significado de la imagen surgió de inmediato: A veces evadirse de la realidad, en este caso de una realidad hostil, representada de forma exagerada por tan inhóspitos  personajes, requiere de cierta dosis de imaginación. Qué mejor medio para desarrollar la imaginación que el de los propios sueños, tanto cuando soñamos despiertos, como dormidos. Es un ejercicio sencillo y de valor incalculable para todo el que lo practique; qué mejor medicina para combatir un mundo raro, como el que a veces nos rodea, que la que nos aportan nuestros propios sueños. Lo mejor de todo es que son gratis. Lo peor, que no sabemos sacar partido de ellos.